Recorriendo en coche una carretera de Zamora, me vino a la cabeza uno de los tratados sobre arte más conocidos del siglo XX: «Punto y línea sobre el plano», que escribió el pintor ruso Vasily Kandinsky hace casi cien años. Supongo que fue una evocación instintiva fruto del paisaje: ahí delante se esparcían los amplios horizontes, los coches apagándose en la distancia, la larga carretera, el sol. Por supuesto que en esa obra Kandinsky desarrolla los conceptos de punto y línea profusamente: su sentido sobre el plano, su función estética. Pero yo me estaba quedando con el contraste simbólico de ambos elementos y sus formas. Atrás quedaba la meseta y…
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Difícil carnaval
Caminando por las calles de la capital, me hacía notar mi hermano la llegada del carnaval en el particular atuendo de un individuo que bajaba por la Calle Ancha. No me convenció mucho el argumento y nos pasamos un rato discutiendo si aquello era disfraz o no lo era. Que si ese sombrero tan grande, que si la corbata psicodélica, que si las gafas de sol en plena noche, que si esa gabardina de Columbo. Yo creo que sí, yo creo que no. Total, que el hombre pasó a nuestro lado sonriendo mientras nosotros nos encogíamos de hombros. Tuvieron que ser algunos adolescentes, vestidos de personajes de ficción que no…
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Una tela de arañas
Quizás es que haya un orden en todas las cosas. Hasta en lo más menudo; hasta en la más invisible composición del átomo o en la caótica forma de un vidrio quebrado. No lo sé. El caso es que mirábamos la tela de araña congelada desde el otro lado del cristal y pensábamos en una razón oculta. Algo tenía que gobernar la disposición de esa cadencia de hilos, esa distribución de los hielos. Esa forma de ajustarse a un ritmo y a un espacio. ¡Mira! Me dijo mientras sacaba uno de los tomos de la biblioteca y lo abría cuidadosamente sobre la mesa, junto a la ventana. Las ilustraciones eran…
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Caballos
Ni siquiera lo recuerdo, mi madre me lo contó. Yo era tan pequeño que todavía no conocía el telón que separa la realidad de la bambalina de los sueños. Así que, cuando me levanté aquella mañana gritando que junto a mí, allí al pie de la cama, había estado paseándose un caballo, a mi madre le costó hacerme entender que aquello no había sido otra cosa que una travesura de Morfeo. Siempre que me cuentan esta historia no puedo dejar de pensar en cuál sería mi decepción de entonces, siendo tan niño, al darme cuenta de cómo se había escapado aquel caballo soñado de la punta de mis dedos. Tampoco…
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Un año y algunas canciones
Entre los acontecimientos de estas fechas festivas, para mí ha destacado el concierto con el que el músico Rodrigo Martínez ha querido despedir el año en la capital leonesa. Fue un concierto sencillo, para la poca gente que se apretujaba absorta en la sala del Ateneo Varillas, con tan solo la voz y el sonido vibrante de las cuerdas de un buzuki. Los que conocemos a Rodrigo sabemos que lleva toda su vida arañando la tierra y el tiempo. Algunos lo hemos acompañado muchas veces por carreteras y caminos, y nos hemos sentado a la orilla de la lumbre de muchas cocinas para escuchar no solo la música sino también…
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Otra vez el tren
Mientras escribo estas líneas, tengo ante mí la foto familiar más antigua que conservo. Un día la encontré en un cajón, cubierta de polvo, en la casa que fue de mis abuelos en la Robla. Después la traje para ponerla aquí, como un tesoro, sobre mi mesa. En ella aparecen unos tatarabuelos míos acompañados por tres de sus hijos. Es una foto de estudio, con un decorado barroco desdibujado por detrás. Ya se sabe, una de esas fotos de finales del siglo XIX donde los miembros del matrimonio, o a veces solo el hombre de la casa, posaban sentados con cierto aire de majestad (era cuando los hijos trataban a…
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Milla
La perra venía renqueando por el camino que llega desde La Milla, así que alguien decidió llamarla así, como el pueblo rodeado de chopos que hay bajando el río Órbigo desde Carrizo. Está muy extendida la idea de que La Milla lleva ese nombre porque hay una milla de distancia desde el pueblo vecino, o porque allí había un miliario romano. Quizás su verdadero nombre, llamiella, esa pequeña llama (lama en castellano) o terreno verde y llano junto al río, sea un nombre tan modesto y tan doméstico que ha quedado con el tiempo escondido en un rincón de la memoria. Aunque, quién sabe, lo cierto es que río arriba,…
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Reflejo
Acercarse al espejo a veces es un desafío, sobre todo cuando te estás haciendo viejo. Una arruga, unas canas que creemos ver allí donde no estaban ayer, la barriga que se adueña de un perfil cada vez más prominente. Nos acercamos a nuestra imagen en busca del grano al que apresamos con los dedos para hacerlo trizas, casi con odio, para librarnos de una presencia que enturbia esa imagen idealizada que tenemos de nosotros mismos. Hace unos días hablaba con un compañero, profesor de filosofía, en un cambio de clase. Estamos a principios de curso y el temario aún anda muy en ciernes. Voy con ellos, me dijo señalando con…
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Gatos
Mientras escribo estas líneas, sentado en la mesa de la cocina, veo a través de la ventana a los gatos que viven en el patio de mi casa. Son mis vecinos más interesantes. Todavía hace algunos meses, un anciano salía a una de las antiguas huertas que hay allí para limpiar la maleza y podar los árboles que crecen fuera de control. Lo veía a menudo luchar con sus escasas fuerzas contra aquella desolación. Cortaba ramas, se agachaba penosamente para quitar escombros. Pero un día, de pronto, desapareció y no lo volví a ver más. Ahora solo los gatos caminan sigilosamente por ese paisaje de maleza y tapias a punto…
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Luz de Irlanda
En el museo del Trinity College, en Dublín, un cartel recibe a los visitantes. Turning Darkness into Light anuncia el letrero desde lo alto de nuestras cabezas mientras entramos a conocer la colección de manuscritos medievales que el museo guarda en su interior. Los códices en los que los monjes irlandeses de los Siglos Oscuros convertían la penumbra en luz, iluminando en bellísimas páginas de colores sus mensajes de esperanza. Todavía me cuesta creer que esté recorriendo estas salas, casi sin descolgar la mochila de mi hombro, después de un viaje rápido e inesperado. Ante mis ojos desfilan evangelistas imposibles, letras que ruedan en malvas y verdes, y cruces griegas…