Detrás de una bandera siempre hay un engaño. Hablo, claro está, de las banderas territoriales, esas banderas que nos envuelven en un mismo abrazo con extraños a los que sentimos, fruto de ese ardid, vinculados a nuestra existencia con lazos invisibles y vete tú a saber además con qué intención. Quizás sea por eso por lo que para muchos estas telas de colores proyectan una sombra de sospecha. Porque ¿quién está detrás del cuento? ¿Y a dónde pretenden guiarnos al rebufo de esos flecos? Puede que sean esas reflexiones las que me hacen ver a los pendones, esos raudales de colores que se despliegan en nuestras fiestas y romerías, con…