Cualquiera al que le hayan contado un cuento sabe que a menudo es más importante la forma de contarlo que el cuento mismo. Y si no, pensemos en las manos crispadas sobre la cara congestionada del cuentacuentos y en cómo esas manos hunden a los niños en la silla como si estuvieran a punto de ser devorados por el mismo lobo. Al relato de la emigración leonesa le ocurre algo parecido: buena parte de nuestras comarcas han sufrido una sangría humana comparable en números a la gallega o a la asturiana. Sin embargo, el relato, disuelto a menudo en una historiografía oficial apoyada en los marcos territoriales actuales, dejan a…