La trasterminancia es una trashumancia en pequeño. Dice Google maps que entre Turcia, en la Ribera del Órbigo, y Robledo de Babia hay ochenta kilómetros y una hora de viaje. En coche, por supuesto. Si el camino se hace pastoreando un rebaño de mil quinientas ovejas, como hacen Covi y José, entonces hablamos de cuatro días con sus noches cruzando montes y valles, atravesando la Cepeda, cruzando Omaña, caminando por Luna y Babia un paso detrás de otro al ritmo de balidos y cencerros. Todavía queda un pastor que sigue viniendo desde Extremadura y echa un mes caminando, dice José mientras se sirve vino en un vaso de plástico. Estamos…
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Yo voté León solo
D ice Martín que él es más viejo que la Chana Perdida, un pago que hay subiendo por los montes que quedan a nuestra espalda. El día está caliente y nos sentamos a la puerta de su casa, en un banco, porque ahí parece que hace un poco de fresco. Martín fue alcalde de Turcia durante la Transición. Nos cuenta que algunos de sus primeros recuerdos son de cuando la guerra. Tenía cinco años y rezaba el padrenuestro cada noche para que no mataran a un primo de su madre que estaba en el frente. Yo era muy pequeño —recuerda—, un día un falangista me dio un papel escrito a máquina.…
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Más madera
Es duro cortar pino en el monte, y más en esta época de tanto calor, sobre todo cuando lo haces a motosierra porque estás todo el tiempo entre nubes de polvo. Caen los pinos a tu alrededor, te pega el sol, es un trabajo muy físico. Ahora, desde que compré la procesadora hace tres años, es distinto, me meto ahí con el aire acondicionado y escucho podcasts, música, hablo por teléfono… Pero aún así hace demasiado calor, a veces es mejor trabajar de noche. Yo había ido a estudiar Industriales a Madrid, pero me dediqué a esto cuando vi que ganaba más que en muchos trabajos que me ofrecían. Volví…
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Como un pasatiempo
Esto a qué altura está, a mil cien metros? Mil ciento ochenta exactamente. Cuando subes desde Carrizo, que es agua, en Santa María empieza aguanieve y aquí ya hay una cuarta de nieve. Adrián y su padre nos muestran un cielo limpio rodeado de montañas. Tienen su ganadería de blondas de Aquitania en Camposalinas, en la meseta que une los valles del Omaña y de Valdesamario. Desde que hemos llegado aquí arriba, no nos podemos quitar de la cabeza la sensación de que, si nos estiramos mucho, podríamos tocar el cielo. — Vosotros habéis venido por Irián, ahí está Carrizal y siguiendo la carretera se llega a Soto y Amío.…
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Hay que ser artista
Entre sus manos hay un paño de lino con unos lirios bordados; hay una labor que sorprende a los que hemos llegado para conocer su trabajo; hay, poco después, un bargueño que se abre ante nuestros ojos mostrando la amplitud inesperada de sus cajones secretos, su madera labrada con formas y dibujos, algunos abstractos, otros dibujando sobre las vetas rincones de Carrizo; hay azulejos de colores que él, Benancio López, rescató un día de las paredes de antiguas cocinas que desaparecían, de aquellas de chapa y gancho de la lumbre, y con los que hizo cuadros de caleidoscópica fantasía. Hay entre sus manos un trabajo oculto, escondido por otras labores…
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Más gatos que personas
El café lo hago yo, lo compro en grano y lo muelo, y después lo pongo a hervir aquí, en la cocina. A Isabel le cuesta andar, tuvo la polio de pequeña y la operaron de una pierna. Pero se sienta la última, después de habernos servido café a todos. Le preguntamos si no se siente muy sola. Es la última que queda en el pueblo. Casetas es un pueblo que nació como nacen los hongos después de una noche entera lloviendo. Se llama así porque un día apareció carbón en el monte y montaron las primeras casetas. Llegó la mina y la gente. Y, cuando uno quiso darse cuenta,…
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1000 fiestas por cero
Hay canciones que podrían estar sonando siempre. Canciones que gustan a casi todo el mundo. Canciones que nunca pasan de moda y que podríamos estar escuchando sin parar durante horas. Hay canciones que nos acompañan siempre y despiertan en nosotros algo que nos conecta con la vida. Y por eso no queremos soltarlas. Pienso en esto mientras escucho esa canción de Franco Battiato, Voglio vederti danzare, que el místico italiano hizo tan famosa en español con el título de Yo quiero verte danzar. Y lo pienso, tal vez, por este sol que ahora sale por todas partes. Y por la primavera. Y por todas esas escenas que esa canción despliega.…
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Otra primavera
Una estampa primaveral de muchos lugares de los Balcanes son los árboles floridos de los que cuelgan adornos rojos y blancos. En Bulgaria, Rumanía, Grecia o Macedonia es costumbre colgar estos adornos de lana cuando llega el mes de marzo. Por las calles los llevan colgados los ancianos de la solapa, los adolescentes los llevan atados de sus muñecas y muchos carritos de bebé están adornados con ellos. Cuando llega el mes de marzo, la gente los cuelga de las ramas de los árboles y sus colores se funden con las flores que empiezan a brotar por todas partes. El mes de marzo es el primer mes de la primavera…
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Leyendas modernas
Escribo estas líneas en un avión, a miles de metros de altura. A mi alrededor, el resto de pasajeros duerme o viaja a través de las pantallas de dispositivos electrónicos. De vez en cuando, un susurro se impone al monótono sonido de los motores y apenas acierto a distinguir alguna lengua. No creo que haya nada más cercano a la bíblica Torre de Babel que este mundo de aviones y aeropuertos. En pocos metros, corren por las terminales diferentes tipos humanos. Se descalzan en los controles la oriental y el hindú con turbante. Frente a las pantallas, esperan la información de los vuelos gentes de todos los hemisferios, compartiendo sencillos…
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Pasar el puerto
Que cruzar el Cordal siempre fue cosa peligrosa me quedó claro muchas veces. Así lo pensaba a la puerta del Ruchu, mirando por los cristales el caer cada vez más violento de la nieve. ¡Cuántas historias habré oído sobre el paso de la meseta hacia la marina asturiana! Casi siempre que paso el Puerto de Pajares, paro en este bar de carretera. Las vistas son impresionantes. Apenas uno empieza a descolgarse del puerto hacia el mar, se deja caer a la derecha para tomar un descanso y entonces le mece la peña y el vértigo al ritmo de un café que, como el puerto, es algo más que un café,…