Aprovechando las largas y ociosas tardes del verano marchamos a la Cepeda a encontrarnos con unos amigos. El evento era en Villameca, habían habilitado un edificio de la mancomunidad y rápido pudimos ver a través de las grandes puertas abiertas que reventaba de gente. No hacía falta que el anfitrión nos recordara cuánto convoca la cultura a los cepedanos porque ya lo sabíamos. En esa ocasión la disculpa del filandón, si hubiéramos podido llamarlo así a esas horas dulzonas de la tarde, era presenciar un documental sobre la comarca. Claro que la cosa se alargó. Alguien recordó que la Cepeda es el corazón de León y no lo dudamos. Si…